Deuda externa, bloqueo y continuidad, los tres lados de un triángulo diabólico (I)

Opinión / Economía Política 

 

Cubamatinal / Luego de consultar decenas de artículos en publicaciones especializadas o no, informes de entidades internacionales, el Anuario Estadístico de Cuba, intervenciones de integrantes de la cúpula del partido&gobierno de Cuba e incluso revisar los textos que bajo la firma de Fidel Castro se publicaron en los años 80s del pasado Siglo XX, se llega a dos conclusiones:

Por Germán M. González

Bauta, 5 de septiembre de 2020 /CM/ Todos los países que han ofrecido créditos a Cuba han terminado sin cobrar sus deudas. Esto incluye a los 35 mil millones de Rusia, 15 mil millones del Club de Paris, 1.4  millones de pequeños inversores del Club de Londres (Reuters reportó un acuerdo de una condonación importante en febrero del 2018 pero sin precisar cifras), los 6 mil millones de China, los 2.4 millones de Argentina, los mil millones de Japón, la deuda (sin datos localizables) condonada por Vietnam, la deuda con Brasil de mil millones para construir la Zona Económica Especial del Puerto del Mariel, los 2.4 mil millones sin devolver a los otros países socialistas, el 70% de condonación de los 486 millones debidos a México, y una cantidad por determinar con Venezuela. Cada una de esas cifras tiene su historia, a veces siniestra, detrás.

A pesar de la opacidad de estas operaciones y los complicados convenios de condonaciones y reconversiones, se pueden calcular como mínimo 70 mil millones de USD recibidos por Cuba, la mitad de ellos de la Unión Soviética, sin incluir otras facilidades como precios inferiores al mercado para para las importaciones y superiores para las exportaciones cubanas, práctica común durante tres décadas de relaciones comerciales con la Unión Soviética y dos con Venezuela, algo que permitió al régimen cubano revender el petróleo recibido a bajos precios, mientras mantiene estrictamente racionado el consumo interno [1].

La otra conclusión es la absoluta incapacidad del sistema vigente para generar riquezas. Con una fracción de los recursos financieros de que ha dispuesto el régimen los contendientes en la II Guerra Mundial beneficiarios del Plan Marshall en menos de una década recuperaron los niveles de producción de ante guerra y superaron ampliamente el bienestar social que habían alcanzado antes, a pesar del nivel de destrucción existente al terminar la contienda.

Un ejemplo: España le condonó a Cuba mil 700 millones de Euros en el año 2015, dejando la deuda en 537 millones, A cinco años ya Cuba debe casi dos mil millones de Euros y está solicitando dos años de moratoria de los pagos al Club de París del cual forma parte el Reino ibérico. Todo esto se sabe por una interpelación de un diputado del partido VOX al gobierno socialistapodemita en junio pasado reportada por medios de prensa españoles. Claro, a los intereses políticos de los izquierdosos peninsulares hay que sumar la influencia de sus empresarios que obtienen pingües beneficios operando el 80% de la plata hotelera de la Isla, con sus correspondientes suministros de medios materiales y de servicios.

Al heredar el poder, el hermanísimo ha tratado—presionado por la falta de acceso a nuevos créditos—de regularizar el tema de la deuda—sin éxito como vimos en el ejemplo español— y eso condujo a múltiples soluciones muy dudosas al establecerse métodos de reconversión mediante el cual Cuba cede fuentes de ingresos en divisas (cesión de la explotación de la planta hotelera, el níquel, la zona franca y puerto de Mariel, y otros) e invierte en proyectos que sean de interés directo e indirecto de empresas del País acreedor, lo cual constituye la renuncia a ingresos de esas actividades y una severa pérdida de soberanía como efectos conocidos pues la opacidad de los convenios hace temer otros repercusiones.

Lo anterior explica que Cuba siga invirtiendo en una planta hotelera que se explota a menos del 40% de su capacidad (antes de la covid-19) y en determinadas provincias, incrementando la ya grave distorsión por sectores y territorios de la economía cubana, origen, entre otros factores de la altísima migración interna.

Las condonaciones y reconversiones son —a juicio del economista Elías Amor Bravo—como el óxido nitroso, primero te hace reír y luego mueres.

Las deudas de un País por sí mismas no constituyen un problema, se convierten en tal, y grave, cuando no guardan proporción con su capacidad para generar riquezas. En el caso de Cuba, el estimado actual de diversas fuentes, entre ellas el ex ministro de economía J.L. Rodríguez es de más de 30 mil millones de USD a los cuales debe sumarse unos cuatro mil millones de obligaciones a corto plazo incumplidas. Comparando con el último superávit en el comercio internacional reportado en el Anuario Estadístico de Cuba www.onei.cu de 1,4 miles de millones la proporción es de 25:1. El Producto Interno Bruto reportado tiene dos problemas: el cálculo su monto no es confiable por valorar CUP=CUC=USD y además muestra crecimientos ínfimos desde hace cinco años.

[1] Los créditos recibidos y los convenios favorables en cuanto a precios no son los únicos ni principales recursos con que ha contado el régimen:

  • Según Informe de la época del Banco Nacional de Cuba al tomar el poder el actual equipo gobernante (menos defunciones) en1959 Cuba contaba con 505 millones de USD como reservas y una deuda externa de 56 millones de USD.
  • En la década de los años sesenta el gobierno cubano confiscó propiedades extranjeras y nacionales, se calculan unos dos mil millones del monto de las confiscadas a entidades estadounidenses, unos 6,7 miles de millones a emigrados cubanos y cifras incalculables como resultados de la segunda Reforma Agraria (1963) y la Ofensiva Revolucionaria (1968) cuando se confiscó hasta el dedal de una costurera. Por esa época se llevó a cabo un cambio de moneda donde se dejó a cada persona la cantidad de 200 pesos, no se ha publicado el monto de lo confiscado con ese método.
  • Incalculable el monto de la diferencia entre los salarios simbólicos pagados a los trabajadores y la justa retribución que debieron recibir durante más de sesenta años. Esto incluye la práctica de la confiscación de los haberes en divisas a los contratados en el extranjero fundamentalmente pero no en exclusiva a personal de la Salud y en el interior del País, ídem para el sector del Turismo.

     

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