Cartas a Ofelia / Crónicas de la memoria histórica

Cubamatinal / París, 16 de agosto de 2018.
Querida Ofelia:
Ayer me llegó este nuevo testimonio desde Miami de nuestro viejo y querido amigo Roger Redondo, ex guerrillero del Escambray en la lucha contra el régimen de Fulgencio Batista. Estimo que gracias a sus testimonies nos vamos enterando de lo que la Historia Oficial ha tratado de ocultar. Con éste, ya son más de cien los que te he enviado.
“En mayo de 1950 Fabio Bravo agente de la inteligencia soviética, organizó una expedición a la Sierra Maestra de Cuba. Con el pretexto de poner un busto del fundador del partido comunista cubano, Julio Antonio Mella.
Es imposible entender la historia de la revolución cubana, sin estudiar el papel jugado por la inteligencia soviética en la América Latina y el Caribe, supervisado Por el gran espía soviético Yosef Grigulevich.
La Segunda Guerra Mundial terminó en 1945. Fue el comienzo de la Guerra Fría, la que se fue calentando en la Península de Corea, la que había sido ocupada por los japoneses durante el conflicto en el Pacífico. Se llegó a un acuerdo entre los Estados Unidos y la Unión Soviética para dividir a Corea en dos, a partir del paralelo 38.
Al norte bajo la influencia de la Unión Soviética y al sur de los Estados Unidos. Durante un tiempo se produjeron muchos encuentros entre los soldados coreanos de ambos lados.
El 25 de junio de 1950 Corea del Norte invadió el Sur. Solo unos meses antes, el primero de octubre de 1949 la China había caído en poder de los comunistas. El generalísimo Chiang Kai Shek se retiró a la isla de Taiwán, fundando la China Nacionalista.
En el caso de extenderse la confrontación bélica hasta China y Rusia, y se convirtiera en la Tercera Guerra Mundial, el alto mando soviético desarrolló dos planes, una gran recogida de millones de firma por la Paz. (El Manifiesto por la Paz de Estocolmo) y a la vez crear los frentes populares anti-imperialistas.
Existía una corriente anti-intervencionista y anti-colonialista, caldo de cultivo para los frentes populares. Los demócratas de todo el mundo compartían ese criterio político, con el agravante de los religiosos en la India y el resto de Asia. En Medio Oriente: judío, cristianos, y musulmanes.
Si los comunistas no tuvieron más éxitos fue por no tolerar las distintas religiones y predicar el ateísmo. “La religión es el opio de los pueblos”, proclamaba Lenin.
Aunque Los Frentes Populares no se extendieron por todo el mundo, como pretendía la Unión Soviética, si fue una realidad en : Argelia, Indochina Marrueco, La India, Filipina e Indonesia.
Para lograr entrar con los frentes guerrilleros en la América Latina, donde Grigulevich, jugó un papel oculto, utilizó a Ernesto Guevara de la Serna, como explorador y supervisor de campo. El Che Guevara simuló muy bien su mision.
Se puede asegurar que en la vida de Guevara, fue su único y gran triunfo. Mantenía informado al centro de operaciones, con cartas dirigidas a su tía Beatriz y otras vías. Ya para ese entonces Grigulevich, con la ayuda de los comunistas ticos tenía documentación como nativo de Costa Rica. Con el nombre de Teodoro B. Castro fue nombrado embajador de Costa Rica en Roma.
A Guevara nunca le faltó dinero, pero simulaba muy bien, como pobre y aventurero para cubrir su misión de espiar. Pudo entrevistar en Costa Rica, al líder venezolano Rómulo Betancourt. Le preguntó si en caso de una guerra entre Rusia y los Estados Unidos, a favor de qué país él estaría. Sin titubear, Betancourt contestó: – Con los yankees.
Al líder dominicano Juan Bosch, le preguntó sobre el mismo tema para informar a su centro. ¿Quién era el Che, para que esas figuras políticas le concedieran una entrevista? Si él lucía como un hombre pobre, alguien tuvo que haber intercedido. ¿No les parece? Es del género tonto pensar que la inteligencia soviética, no tomara parte en ello. En Guatemala Costa Rica, Cuba, y varios países del Caribe, se desarrollaban revueltas, golpes de estados e insurrecciones.
Como la U.R.S.S. fue rodeada por bases militares estadounidenses con armas nucleares, la correlación de fuerzas se encontraba muy a favor de los americanos.
La misión de Grigulevich era muy delicada, tenía que encontrar un país en las cercanías de los EE.UU. para equilibrar y balancear esa diferencia. Lo más difícil era seleccionar el personal que reuniera las condiciones necesarias. Debían ser oradores, saludables, cultos, con imagen de demócratas. Cuba era la ideal, por su cercanía con los EE.UU.
Un político cubano veterano de la Guerra Civil Española fue rechazado por Grigulevich, por haber tenido contacto con el mariscal Tito.
Fidel Castro Ruz, hijo de un emigrante español, rico y una cubana católica, educado en la escuela dentro de esa religión, reunía todos los requisitos de camuflaje, imprescindible para una misión de tal envergadura. Fue el escogido por la inteligencia soviética, después de una depuración muy limitada.
Castro reunía todos los requisitos: ávido de poder, capaz de matar si era necesario, muy astuto y…ya había acatado en secreto el Marxismo. Lo único que Fidel tuvo que soportar, con mucha calma, y pacientemente, fue la supervisión de los ojos y oídos de Grigulevich. Fue lo mismo que el Che Guevara había hecho en Centro América y posteriormente en Cuba. Fidel le complació sabiendo que de esa cautela dependía la futura ayuda soviética, sin la cual era imposible lograr el poder absoluto. Ya habría tiempo propicio para pasarle la cuenta, como sucedió cuando le cortó la comunicación con Manila, la cual nunca respondió.
El argentino fue nombrado comandante, antes que ningún cubano, a pesar de no tener ninguna experiencia militar y, con el agravante de ser uno de los expedicionarios del Granma que perdió el fusil en el desembarco. El Che Guevara emuló y ganó a Julio Antonio Mella, en aquello de “hasta después de muertos somos útiles”.
En cuanto a Max Lesnik Menéndez, en la década de los cincuenta, era el joven más destacado de aquella generación, ya era futura figura presidencial, además de ser anti-imperialista. Desde la lejanía a Grigulevich le encantaba su nombre, se le podía confundir con marxista leninista y sus orígenes eran ruso, polaco y judío. Tal como Grigulevich, además tenía un parentesco, con el soldado mambí, Roberto Bermúdez. Pero el “compañero José”, no opinaba lo mismo. Le tiró bola negra porque (José) conocía más a Cuba, y estaba seguro que Max Lesnik era fiel a Eduardo Chibás. Este último despidió el duelo a Sandalio Junco en Sancti Spiritus. Sandalio había sido asesinado por el “compañero José” por orden de Stalin.
Al final el “compañero José” comenzó a desconfiar del culto a la personalidad que se estaba creando con la figura de Fidel Castro. Trató de cortarle el paso al comandante en la Reunión de Hoyo Alemán, para destacar a Faure Chomón, balanceando la correlación de fuerzas.
El castigo a José es que no existió, nunca nació, es solo un fantasma que revolotea por el Escambray en las noches oscuras.” Roger Redondo González
Un gran abrazo desde estas lejanas tierras allende los mares,
Félix José Hernández.