Día de la Madre de 2020. Carta y versos de José Martí a su madre

Cartas a Ofelia / Carta y versos de José Martí a su madre

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  Desde la cárcel José Martí envió esta foto a su madre y otra a su amigo Fermín Valdés Domínguez. Las dedicó con versos.   

 

 

Cubamatinal / París, 10 de mayo de 2020.

Día de la Madre.

Querida Ofelia:

Te envío como regalo, a ti que has sufrido tanto con la partida de tus hijos hacia el destierro, con tantas humillaciones y bajezas por parte de los “compañeros” del abyecto régimen de los Castro, esta carta y estos versos del más grande los cubanos.

“10 de Noviembre (1869)

Madre mía:

Hace dos días que escribí a V. con un francés que viene a ver a los Domínguez, no el que fue allá, y me ha dicho que no ha podido llevar la carta. Me prometió llevarla. Dígame si va.

Anteayer también escribí a V.; pero no he tenido con quien mandar las cartas y no quiero que pasen en la cantina por la puerta. Como escribo a V. hoy rompo la carta de antier. Ayer estuvo aquí el Fiscal y me preguntó con bastante interés por mi causa y su estado. Le dije lo que sabía; pero es muy extraño esto de que el que me ha de juzgar tenga que preguntarme por qué estoy preso. Según me ha dicho, alguien le ha hablado de mí. Los Domínguez y Sellén saldrán al fin en libertad, y yo me quedaré encerrado. Los resultados de la prisión me espantan muy poco; pero yo no sufro estar preso mucho tiempo. Y esto es lo único que pido. Que se ande aprisa, que al que nada hizo, nada le han de hacer. A lo menos, de nada me podrán culpar que yo no pueda deshacer.

Mucho siento estar metido entre rejas; pero de mucho me sirve mi prisión. Bastantes lecciones me ha dado para mi vida, que auguro que ha de ser corta, y no las dejaré de aprovechar. Tengo 16 años, y muchos viejos me han dicho que parezco un viejo. Y algo tienen razón; porque si tengo en toda su fuerza el atolondramiento y la efervescencia de mis pocos años, tengo en cambio un corazón tan chica como herido.Es verdad que V. padece mucho ; pero también lo es que yo padezco más. ¡Dios quiera que en medio de mi felicidad pueda yo algún día contarle los tropiezos de mi vida!

Estoy preso, y esta es una verdad de Perogrullo, pero nada me hace falta, sino es de cuando en cuando 2 ó 3 rs. para tomar café; pero hoy es la primera vez que me sucede. Sin embargo, cuando se pasa uno sin ver a su familia ni a ninguno de los que quiere, bien puede pasar un día sin tomar café. Papá me dio 5 ó 6 rs. el Lunes. Di 2 ó 3 de limosna y presté 2. Tráiganme el Domingo a alguna de las chiquitas.

Esta es una fea escuela; porque aunque vienen mujeres decentes, no faltan algunas que no lo son. Tan no faltan, que la visita de 4 es diaria. A Dios gracias el cuerpo de las mujeres se hizo para mí de piedra. Su alma es lo inmensamente grande, y si la tienen fea, bien pueden irse a brindar a otro lado sus hermosuras. Todo conseguirá la Cárcel menos hacerme variar de opinión en este asunto. En la Cárcel no he escrito ni un verso. En parte me alegra, porque ya V. sabe cómo son y cómo serán los versos que yo escriba.

Aquí todos me hablan del Sr. Mendive, y esto me alegra. Mándeme libros de versos y uno grande que se llama ‘El Museo Universal’.

Dele su bendición a su hijo.

Pepe

A su madre Doña Leonor Pérez:

Mírame, madre y por tu amor no llores,

Si esclavo de mi edad y mis doctrinas,

Tu mártir corazón llené de espinas,

Piensa que nacen entre espinas flores.

A Fermín Valdés Domínguez:

Hermano de dolor, no mires nunca

En mí al esclavo que cobarde llora,

Ve la imagen robusta de mi alma

Y la página bella de mi historia”.

En 1868, José Martí escribió probablemente sus primeros versos y los dedicó a su madre:

“A MI MADRE

Madre del alma, madre querida,

Son tus natales, quiero cantar;

Porque mi alma, de amor henchida,

Aunque muy joven, nunca se olvida

De la que vida me hubo de dar.

Pasan los años, vuelan las horas

Que yo a tu lado no siento ir,

Por tus caricias arrobadoras

Y las miradas tan seductoras

Que hacen mi pecho fuerte latir.

A Dios yo pido constantemente

Para mis padres vida inmortal;

Porque es muy grato, sobre la frente

Sentir el roce de un beso ardiente

Que de otra boca nunca es igual.”

Querida Ofelia: Solo me queda decirte que te amo y te amaré hasta más allá del final de mi tiempo. Como cada año desde que partiste, en este día tengo una vela encendida junto a una orquídea morada, tu flor preferida.

Félix José Hernández.

Nota bene: Esta crónica aparece en mi libro “Memorias de Exilio”. 370 páginas. Les Éditions du Net, 2019. ISBN: 978-2-312-06902-9

 

 

José Martí, cada día más necesario

Opinión / «Un pueblo no se funda, General, como se funda un campamento«

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Cubamatinal / La obra martiana está dirigida a muchos: niños, familiares, amigos y correligionarios (correspondencia epistolar principalmente) y al público en general. Lo notable es como su pensamiento siempre resulta consecuente con el ideario jamás desmentido: respeto por la opinión ajena, amor por la vida, propia y ajena, humanista, antimilitarista, anti caudillista, republicano y demócrata.

Por Germán M. González

Bauta, 21 de enero de 2020 / CM/ Leedor crítico de pensadores europeos y estadounidenses de los Siglos XVIII y XIX la ética conformada lo hizo rechazar la tiranía en la Cuba colonial (español por origen y formación estaba orgulloso de ello: «Yo anhelo escribir con toda la clara limpieza, y elegancia sabrosa y giros gallardos del idioma español»; (t 24, p 16.). Por esa ética se vio obligado a marchar de México, Guatemala, Venezuela, todos con gobiernos dictatoriales y radicarse -catorce fecundos años- en Estados Unidos.

A este país lo admiró, lo prueba su exclamación: “la más grande nación que la libertad haya forjado” en un documento que escribe indignado: “Vindicación de Cuba”. Esas frases de admiración se repiten cuando expresa su deseo de esculpir en pórfido a los Padres Fundadores al momento de firmar la Constitución, o cuando elogia que el voto demócrata de un obrero anula el republicano del entonces presidente Arthur, o la actitud humilde del héroe de la Guerra de Secesión, el general Sheridan al desfilar ante la Casa Blanca: «Pero aquella cabeza no se inclinó (…) ni abatió la espada, sino al pasar junto al estrado del Presidente» (t 13 p 117-128). Sus críticas a las manifestaciones negativas en Estados Unidos –frecuentes- fueron consecuentes con la admiración hacia quienes lograron «la prosperidad mayor que la historia escrita recuerda en los siglos; pero un país, que por encima de todo, al que le escatima o amenaza su derecho, lo denuncia y lo vuelca” (13, p 83-115).

Escritos pensados para establecer doctrina, como el artículo sobre Marx ante la muerte de éste, o sus comentarios a la obra de H. Spencer “La futura esclavitud” expresan su rechazo a la lucha de clases “El derecho del obrero no puede ser nunca el odio al capital: es la armonía, la conciliación, el acercamiento común de uno y de otro”. (t6, p 275) y al poder absoluto del Estado sobre el individuo: “Todo el poder que iría adquiriendo la casta de funcionarios, ligados por la necesidad de mantenerse en una ocupación privilegiada y pingüe, la iría perdiendo el pueblo, que no tiene las mismas razones de complicidad ni esperanzas y provechos para hacer frente a los funcionarios enlazados por intereses comunes”. (t15 pág. 391) ¡Cuán visionario!

Aún no había aparecido el “socialismo real” europeo que confirmó sus premoniciones.

Sus polémicas con los veteranos patriotas de la Guerra del 68 estuvieron motivadas por su anhelo de que la República no naciera como las Latinoamericanas con interminables
dictaduras de caudillos que impedían su desarrollo y prosperidad: «Un pueblo no se funda, General, como se funda un campamento«: (…) (t 1, p 177) diría en carta a Máximo Gómez.

Su pensamiento político nadie puede expresarlo mejor que él mismo: «Una Revolución es
necesaria todavía: ¡la que no haga Presidente a su caudillo, la revolución contra todas las revoluciones: el levantamiento de todos los hombres pacíficos, una vez soldados, para que ellos ni nadie vuelvan a verlo jamás!» (t 6, p 360)

De toda su obra escrita y discursos, coherentes y consecuentes con un pensamiento profundamente arraigado podemos caracterizar al Apóstol: Antiimperialista, de todos, ruso, británico, francés, español, japonés o chino y del incipiente estadounidense al cual temía, pero al tiempo con una profunda admiración hacia sus instituciones y un amor infinito hacia su pueblo, que le brindó asilo durante catorce años: “el pueblo más grande en la paz y generoso en la guerra que habita en su tiempo el Universo”. (t13, p 83-115).

Adversario de la pena de muerte: «Desde que pude sentir, sentí horror a la pena.-Desde que pude juzgar, juzgué su completa inmoralidad «. (t 21, p 25) en largo artículo dedicado al tema.

Republicano, sentimiento que aflora en toda su obra y su vida personal, con austeridad,
rechazo a toda pompa superflua, títulos vitalicios personales, siempre pregonando que no puede existir nada ni nadie por encima de la Ley, ni mandatos sin alternancia de personas y partidos, y necesidad de la división de poderes, y sobre todo subordinación de la fuerza militar a quien elija la ciudadanía para presidir la República(…)»¡Traidor es el que recibe homenajes para sí frente al que en su persona lleva encarnada la Patria!» (t 13 p 117-128).

Demócrata que en la siguiente parrafada expresa su pasión por la libre determinación que otorga el poderoso acto de votar: “La inseguridad aparente de los pueblos que se gobiernan por el sufragio no viene de su incompetencia, sino de su impersonalidad y multiplicidad. No se pronuncia por una voz sola, y parece dudoso y vacilante, porque tiene millares de voces, que sólo se reúnen una vez, cada cuatro años y con admirable sentido determinan. Sin alarde, y como quien satisface una función natural, depone este pueblo a los ambiciosos, impone a los honrados, expresa su voluntad, resuelve en justicia, sale, sin miedo a la lluvia, a ver en los boletines de los periódicos su decisión obedecida…” (t10 pág.123) comentado las elecciones estadounidenses.

Él que sintió en carne propia la separación de sus seres más queridos y a quien su labor
independentista impidió criar a su Ismaelillo escribió: “Es grande el peligro de educar a los niños afuera, porque sólo es de padres la continua ternura conque ha de irse regando la flor juvenil, y aquella constante mezcla de autoridad y cariño, que no son eficaces por la misma justicia y arrogancia de nuestra naturaleza, sino cuando vienen ambas de la misma persona”. (t 5, p 260). ¿Qué hubiera opinado sobre los planes de becas masivos y obligatorios?

Partidario de la libertad de prensa como expresión de la libertad de información, opinión y expresión cuando pedía: “un país de periódico vivo, donde cada interés, no bien asoma, ya tiene su diario, y el él acceso todos los interesados en común, de modo que no hay injuria ni sospecha sin voz y prensa que lo publique, y tribunal dispuesto a censurarla (…)” ( t 13, p 83- 115).

En momentos en que la misma existencia de la Nación se encuentra amenazada por la migración, la baja natalidad, el estancamiento económico que causa ambas calamidades es imprescindible que los cubanos rescaten a José Martí, el verdadero, directamente de sus textos sin citas tergiversando su pensamiento al aislarlo del contexto y así contar con el caudal político que permita rescatar la República y la Democracia como la soñaba, sin
discriminaciones, especialmente por creencias, opiniones políticas o lugar de residencia:

La organización revolucionaria (…) ni ha de trabajar directamente por el predominio actual o venidero de clase alguna; sino por la agrupación, conforme a métodos democráticos de todas las fuerzas vivas de la patria; por la hermandad y acción común de los cubanos residentes en el extranjero; por el respeto y auxilio de las repúblicas del mundo, y por la creación de una República justa y abierta, una en el territorio, en el derecho, en el trabajo y en la cordialidad, levantada con todos y para bien de todos”. (t1 pág.272).

Nota: Todas las citas remiten a Obras Completas, Edición Digital, Centro de Estudios
Martianos y Karisma Digital, 2001.


Artículos del Autor 

germanmgonzalezGermán M. González

José Martí y la pena de muerte

Derecho / Análisis martiano sobre la condena máxima desde los fundamentos del Derecho Penal

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“Desde que pude sentir, sentí horror a la pena. Desde que pude juzgar, juzgué su completa inmoralidad.”.

 

Cubamatinal/ A pesar de nuestra amarga experiencia en los últimos sesenta años y la vigencia de un código penal que contempla la pena de muerte por múltiples causas incluyendo políticas, este tema fue escasamente abordado en los debates sobre la nueva constitución.

Por Germán M. González

Bauta, La Habana, 14 de marzo de 2019/ CM/ La Ley 62 de abril 30 de 1988 y sus modificaciones posteriores sólo exceptúan de la pena de muerte a los menores de 20 años y a las mujeres encintas (artículo 29.1) y la establecen por delitos comunes o contra la seguridad del Estado (del partido & gobierno realmente) tipificados en una docena de artículos (1) .

La máxima pena está suspendida desde el año 2003 por vulnerabilidad política y económica una vez desaparecida la Unión Soviética y el campo socialista europeo y protestas internacionales por el fusilamiento de tres personas —incluido un joven de 21 años— que intentaron secuestrar una de las lanchas que atraviesan la bahía habanera, sin causar daños a pasajeros o tripulantes. Entre el intento de secuestro y la ejecución transcurrieron nueve días.

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Pena capital: Lorenzo Enrique Copello Castillo, Bárbaro Leodán Sevilla García y Jorge Luis Martínez Isaac

 

José Martí fue un adversario de la pena de muerte lo cual expuso frecuentemente, en particular escribió un artículo-ensayo rebatiendo escrito a favor de la pena capital del periodista francés Alphonse Karr (1) . Veamos algunos fragmentos:

“Impedir la extinción de la pena de muerte, pretender demostrar su bondad, es defenderla. Y en verdad, que se necesita cierto valor para arrostrar bajo su nombre; el mismo que se necesita para oponerse a la abolición de la esclavitud”.

“Desde que pude sentir, sentí horror a la pena. Desde que pude juzgar, juzgué su completa inmoralidad.”.

“Dejadnos probar ¿No venís probando vosotros vuestra pena, una pena que nadie es ya bastante infame para considerar natural, desde el principio del mundo? (…). Dejadnos, pues, que nosotros probemos nuestras penas que no fíen con el corazón.-Dejadnos 50 años, sólo 50 años,- y veremos”.

“¿Creéis que haya algún juez que haya firmado impasible la sentencia de muerte de un hombre? No puede haberlo, porque ese hombre sería un monstruo. Y si todas las manos tiemblan cuando la autorizan, y todos los corazones se avergüenzan, y todas las naturalezas la rechazan cuando la palpan tan de cerca ¿Tendréis valor para sostener que es buena? El más convencido de la bondad de la pena de muerte entre vosotros ¿Firmará sin temblar y sin sufrir la sentencia a muerte de otro ser humano? Dígalo el que tenga ese valor especial que se necesitaría para decirlo”.

“Indudablemente, la mujer tiene algo más de Dios que nosotros. Preguntad a una mujer si quiere la pena de muerte, y si alguna os dice que la quiere entonces os diré que es buena.-Aunque ninguna os lo dirá; porque eso no sería mujer, sino engendro de todo lo repugnante y todo lo horrible”.

“Pero de que el presidio sea ineficaz, de que el presidio sea una institución que no corrija, una torpe institución ¿Puede deducirse acaso que la pena de muerte sea buena, ni eficaz, ni necesaria?”

“Ilusión será quizás de mi fantasía acalorada; pero me parece que todo lo que aboga por la pena de muerte tiene manchas de sangre”.

Sobre la condena a la pena capital de los anarquistas conocidos como “los ocho de Chicago” comentó: “Al anarquista, que es la hoja del árbol, no hay que extirparlo, porque las hojas vuelven a salir, sino a la raíz del anarquismo, que es el abuso insoportable de los privilegios injustos” (3) .

Cuesta imaginar, luego de conocer el pensamiento martiano sobre la pena capital, cuán
disgustado estaba por las calumnias sobre él vertidas por agentes del colonialismo español e incluso por parte de independentistas a los cuales “el diablo les tomó el ánimo” según respuesta de Antonio Maceo al periodista y editor Enrique Trujillo que le escribió denigrando a Martí (4) .

Esto dijo el Apóstol sobre quienes practicaban tan repugnante conducta: “Más bandolero es quien roba honras que quien roba bolsas. Más bandolero es aún quien roba honras útiles a la patria que quien roba honras privadas.  El más punible de los delitos es aquel que lastima, o trata de oscurecer, una fama o una pureza útil a la patria. Acaso es el único delito que justifique, por la extensión del mal, la pena de muerte: el de deshonrar, o perturbar, las fuerzas útiles al rescate y purificación del pueblo en que nacimos” (5) .

Esta condena martiana viene a la mente cuando en los medios oficialistas se ignora o insulta a Jorge Mañach, a Felipe Pazos, a Celia Cruz, a Cabrera Infante, y tantos miles de cubanos de la diáspora que dieron (dan) honor y gloria a la Patria. Repugna ver en la enciclopedia virtual oficialista (ECURED) los calificativos a quienes, residiendo en Cuba, diverjan ideológicamente. También se recuerda cuando agentes del partido & gobierno siembran cizaña entre los opositores… y cuando alguno de éstos les hace el juego olvidando por ofensas menores la ofensa mayor.

(1) La primera Constitución de la República (1901) establecía:
«Artículo 14. No podrá imponerse en ningún caso, la pena de muerte por delitos de
carácter político, los cuales serán definidos por la Ley.»
La Constitución de 1940 por su parte estableció:
«Art. 25- No podrá imponerse la pena de muerte. Se exceptúan los miembros de las
Fuerzas Armadas por delitos de carácter militar y las personas culpables de traición o de
espionaje en favor del enemigo en tiempo de guerra con nación extranjera.»
(2) Obras Completas Edición Digital (t21 p.25-26)
(3) Obras Completas Edición Digital (t 12, p 365)
(4) Epistolario de Antonio Maceo, Portuondo, J.A.
(5) Obras Completas Edición Digital (t 3, p 401)

 

Artículos del Autor 

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Germán M. González

Economista, jubilado.  Trabajó en el sector agropecuario cubano, en la parte empresarial durante muchos años.

Columnista en Cubamatinal para las secciones de Economía y Opinión.

 

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