Economía/ Economía Política de la Salud
Cubamatinal / En Alemania se goza de libertad para afiliarse o no al sistema de salud público ofrecido por el Estado. En caso de no hacerlo, puede contratar un seguro privado.
- Las consultas con su médico generalista y otros facultativos las paga directamente la caja del seguro de enfermedad. Se aplica una franquicia de 10 € por trimestre en la primera consulta al médico.
- Los medicamentos recetados están cubiertos. Se le solicitará un copago consistente en el 10 % del precio de venta (con un mínimo de 5 € y un máximo de 10 €).
- Los gastos de óptica están cubiertos únicamente en el caso de los menores de edad y las personas con problemas graves de vista.
- En cuanto a la atención prestada con ocasión de una hospitalización y en centro concertado, se solicita al paciente un copago de 10 € por día, durante un período máximo de 28 días por año natural (gratuito en el caso de los menores de edad).
Atención Sanitaria Privada: La cobertura que ofrecen los seguros privados es más completa: la atención óptica, la atención dental y la medicina alternativa están cubiertas al 100 %. Además, tendrá acceso a una red de hospitales y clínicas privadas.
Solamente se paga la cotización, por lo que no hay que abonar ninguna franquicia al margen de ella.
Presentación gráfica
© aekineuchile
Publicado originalmente según cita de ©. Tomados como referencia para el ensayo: Economía de la Salud: ¿Es utópico un Sistema Universal de Salud? III Parte
© Miguel A. Garcia
Sistema alemán de salud, un ejemplo a considerar
Economía/ Economía Política de la Salud
Cubamatinal/ Desde México, publicaciones especializadas en Economía, analizan el modelo alemán de atención sanitaria. En Economía de la Salud se trata de lograr la sostenibilidad del sistema en función de lograr la condición de Salud Universal.
Por Maribel R. Coronel
México, 13 de diciembre de 2016/ El Economista/ Con la urgencia que en México tenemos por lograr una reforma que haga eficiente y menos costoso nuestro sistema de salud, vale la pena voltear a ver cómo le han hecho otros países.
Carlos Jiménez, director general en México de B. Braun, una de las más antiguas empresas alemanas enfocada en dispositivos médicos, nos invita a ver el sector salud de Alemania.
Con una población de 82 millones de habitantes, Alemania tiene unos 1,000 hospitales en un territorio menor al de México. Un punto: Ninguno tiene menos de 80 ó 100 camas. No hay consultorios que pretenden ser hospitales.
Otro: ningún hospital está cercano a otro; o si llega a suceder, todo se arregla para que uno se concentre en una especialidad y el otro se enfoque en otra. Si alguien quiere abrir un nuevo centro de hemodiálisis en cierta zona donde ya opera uno, no se lo permiten, pero puede elegir otra zona donde aún no hay cobertura. Así diriges las inversiones que necesitas para generar infraestructura a la zona donde aún no hay cobertura, puntualiza el directivo que vivió y trabajó por muchos años en la sede de B. Braun en Alemania. Ésta es una regulación reciente allá, lo cual evita la duplicidad de esfuerzos, algo que en México padecemos comúnmente, pues es demasiado costoso y de lo más ineficiente.
En las últimas dos décadas, Carlos Jiménez se ha desempeñado en América Latina y hoy está concentrado en México. Su experiencia cercana con cada sistema le permite comparar y visualizar que no sería difícil para nuestro país implantar medidas concretas para ser eficiente y transparente en atención médica.
En el esquema alemán, con sólo esos dos aspectos que los hospitales sean de no menos de 80 camas y que no haya hospitales cercanos atendiendo las mismas afecciones- se genera especialización de instituciones y eficiencia. Aparte, incentiva la competencia; el paciente puede elegir el hospital donde atenderse.
En Alemania, un hospital puede ser operado por el municipio o por el Estado o por una universidad o por empresas privadas. Al final el tema no es quién es el propietario y quién opera, porque el recaudador se sienta con las asociaciones que operan hospitales para pagarles en función de los pacientes atendidos. Ello se negocia en un diálogo una vez al año conforme a un catálogo de costos de cada intervención médica. El precio se define, no en función de quien da el precio más barato, sino de qué resultados logra con sus pacientes.
Y es que, como dice Carlos Jiménez, si se sabe invertir la medicina no tiene por qué ser cara.
© Maribel R. Coronel/ El Economista
Publicado originalmente según cita de ©. Tomados como referencia para el ensayo: Economía de la Salud: ¿Es utópico un Sistema Universal de Salud? III Parte
© Miguel A. Garcia